Hoy he visto algo que muchos no ven y que hasta uno mismo puede hasta cometer esa clase de errores que nos hacen no solo quedar mal delante de los que nos oyen, sino mucho peor, delante de Dios. Es el hablar de los demás y he notado que uno lo hace por muchas razones pero una de las más comunes es cuando uno está enojado con alguien. ¿Porque ahora no probamos en callar cuando algo así nos acontece? Les propongo algo, cuando nos enojemos con alguien, en ese mismo momento cuando queramos hablar de esa persona que nos enojo tanto solo nos apartemos y hablemos aquello con Dios y ahí veras que mal hubiera quedado si esa queja la hubiéramos llevábamos para un ajeno a la situación.
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