Una vez después de tanto tiempo hice lo que tanto quería, pero me di cuenta que lo que tanto quería no era realmente lo que tanto necesitaba, fui en contra del Espíritu Santo que me decía que no lo hiciera, pero lo hice y sabes cómo me sentí después? Mal. Porque pensé que me haría feliz, claro que lo que hice no fue pecado pero no escuche cuando dentro mío Dios me decía que solo me traería dolor, pero así de terca fui. Hoy en día me gustaría volver el tiempo atrás pero sé que las cosas no funcionan así. Siento que deje de lado la voz de mi Dios para seguir algo que ni la pena valía ni valdrá, para ser sincera siento que estoy reconciliándome con Dios, el arrepentimiento sincero es una de las actitudes más importantes que pude haber tomado. Antes de hacer cualquier cosa, mi consejo es pensarlo bien y analizar bien que ganas y que perdes y si lo que ganas realmente es tan bueno como lo que perdes cuando pensas haber ganado algo.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 JUAN 2:17
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